Una de las emociones más estudiadas desde el punto de vista evolutivo es el miedo. ledoux(1) propuso que el miedo evolucionó como una respuesta adaptativa a las amenazas percibidas, preparando a los organismos para luchar o huir ante un peligro inminente. Esta respuesta rápida y automática ha permitido a los organismos sobrevivir en ambientes hostiles a lo largo de la evolución.
El miedo es una alerta que nos hace sentir mal precisamente por cambiar y alinear nuestro comportamiento y actitud ante un tema, ayudándonos a tomar decisiones, estimulando la creatividad, el pensamiento, entre otros.
El miedo no es más que una táctica de supervivencia que nos advierte sobre peligros potenciales, como la tensión de estar cerca de una serpiente, un caimán, en lo alto de una cascada, anticipando un evento que podría poner en peligro las relaciones sociales y cualquier situación que traiga riesgo. (2).
Por ejemplo, imagina que estás en el bosque y de repente escuchas un ruido extraño. Tu corazón empieza a latir más rápido, tus manos sudan y sientes unas ganas irresistibles de correr. Ésta es su respuesta al miedo, una adaptación evolutiva que ayudó a nuestros antepasados a sobrevivir a amenazas como los depredadores.(3).
En el bosque, nuestro cuerpo activa inmediatamente la parte fisiológica con el ruido, dejando que el cerebro interprete posteriormente si el sonido lo hizo un depredador, una rama al romperse o simplemente el viento. Este evento generó una experiencia que respalda la creencia de Robert Zajonc (4) que la mayoría de nuestras reacciones emocionales no implican un pensamiento deliberado. Según Ricardo Lázaro(5), nuestros cerebros procesan y reaccionan a enormes cantidades de información sin nuestra conciencia.
La ira es un mecanismo que nos motiva a actuar, encontrar soluciones a las cosas que nos molestan e inconscientemente ayuda a orquestar respuestas a los conflictos interpersonales, ayudando a negociar un mejor trato de manera más efectiva. También puede ser una reacción al dolor físico, una respuesta al sentimiento de miedo o como respuesta a una situación frustrante, o incluso el sentimiento de ira puede aflorar cuando no se cumplen las expectativas, cuando nos sentimos amenazados o cuando queremos escondernos. otras emociones. En ocasiones la ira reemplaza emociones con las que al individuo no le gustaría lidiar, como emociones de dolor, miedo, soledad, entre otras.
Los celos se consideran una emoción necesaria porque protegen las conexiones sociales y motivan a las personas a comportarse apropiadamente para mantener relaciones importantes. Está intrínsecamente ligada a la inseguridad porque está relacionada con una pérdida potencial o por la distribución injusta o desigual de los recursos.
El orgullo es una emoción que resulta de la evaluación que un individuo hace de sí mismo, como el comportamiento, las acciones, las posesiones, las relaciones, el estatus y el reconocimiento social.
Nuestros antepasados vivían en pequeños grupos, donde la conexión entre los miembros era vital para la supervivencia ya que todos estaban expuestos a amenazas. Dessa maneira, o indivíduo necessitava que os membros do grupo o valorizassem para que em um momento de necessidade (doença por exemplo) o grupo se sensibilizasse e se esforçasse para ajudar o indivíduo passar pela dificuldade, uma vez que ela tem potencial e faz diferença para el grupo.
Según el médico, alquimista y filósofo Dr. Paracelso, la diferencia entre medicina y veneno es la dosis. Esta lógica también se puede aplicar a las emociones, la intensidad y capacidad de restablecer la homeostasis es decisiva para el bienestar y las relaciones sociales. (6).
Aunque las emociones tienen raíces biológicas, su expresión y experiencia están determinadas por la compleja interacción entre factores genéticos, ambientales y culturales.(7), es decir, las emociones están influenciadas por la cultura y el entorno en el que vivimos. Por ejemplo, lo que puede considerarse un motivo de alegría en una cultura puede ser un motivo de tristeza en otra; o lo que puede ser considerado un motivo de orgullo para algunos, puede ser visto como arrogancia para otros.
Por lo tanto, comprender el papel de las emociones en la evolución requiere un enfoque multidisciplinario que tenga en cuenta sus fundamentos biológicos, expresiones y experiencias en contextos culturales y sociales. Es importante reconocer que las emociones desempeñan un papel complejo y multifacético en nuestras vidas; no sólo nos han ayudado a sobrevivir a lo largo de la evolución, sino que también continúan dando forma a nuestros comportamientos e interacciones sociales en un mundo en constante cambio.
Si desea comprender más sobre el papel de las emociones, consulte aquí.
1. LEDOUX, J. E. (1998). “The Emotional Brain: The Mysterious Underpinnings of Emotional Life”. Simon & Schuster.
2. ABCMED – Psicologia e Psiquiatria. O papel das emoções na vida humana. (2023). Disponível em: https://www.abc.med.br/p/psicologia-e-psiquiatria/1434690/o-papel-das-emocoes-na-vida-humana.htm. Consultado el: 8 de marzo de 2024.
3. DUMONT, M., YZERBYT, V., WIGBOLDUS, D., & GORDIJN, E. H. (2003). Social categorization and fear reactions to the September 11th terrorist attacks. Personality and Social Psychology Bulletin, 29(12), 1509–1520. doi:10.1177/0146167203256923.
4. ZAJONC R. Feeling and thinking: Preferences need no inferences. (1980). American Psychologist. 1980;35(2):151-175.
5. LAZARUS RS. Emotion and adaptation. Oxford University Press; 1991.
6. CHERRY, KENDRA. The 6 Types of Basic Emotions and Their Effect on Human Behavior. (2022). Verrywell Mind. Disponível em: https://www.verywellmind.com/an-overview-of-the-types-of-emotions-4163976 Consultado el: 11 de marzo de 2024.
7. BARRETT, L. F. (2017). “How Emotions are Made: The Secret Life of the Brain”. Houghton Mifflin Harcourt.
Felipe Azarias es fundador de Umajuda y especialista en las áreas de Filosofía y Neurociencia. Partidario de movimientos filantrópicos, emprendedor y ejecutivo desde hace más de dos décadas, su carrera le ha proporcionado más de 15 viajes alrededor del mundo, oportunidad que ha ampliado su deseo de profundizar su conocimiento del comportamiento humano. Actualmente, también es estudiante de doctorado en la USP en el área de Neurociencia.
