Cómo gestionar tu tiempo para mejorar la productividad

Uno de los mayores desafíos de los tiempos modernos es poder equilibrar tu rutina diaria con el reloj. Cada vez más, una buena gestión del tiempo está demostrando ser el mejor consejo para mantener la productividad y el buen rendimiento.

Teniendo esto en cuenta, hemos creado una serie de consejos prácticos que pueden ayudarte a superar este desafío

El primer paso es hacer un planificación: enumera todo lo que hay que hacer ese día, con horarios y en orden de prioridad. Saber qué es lo más urgente y qué se puede hacer más adelante es útil a la hora de elaborar un plan de acción. También puedes crear una lista semanal y mensual y aplicar la misma regla de prioridad^(1,2). Organizar una rutina puede marcar la diferencia, incluso en al estudiar.

A partir de la planificación, definir metas y objetivos^(1,2): cuando completas una meta, te motiva a seguir trabajando y ver el final de tu lista. Entonces, ponte una fecha límite, esto también te ayuda a evaluar el progreso de tu día, o incluso de un proyecto.

Sin embargo, para lograr tus objetivos necesitas eliminar distracciones⁽²⁾: las redes sociales son uno de los grandes villanos de la productividad. Así que apaga las notificaciones y, si puedes, coloca tu teléfono celular en un lugar remoto, así tendrás menos tentación de alcanzar el dispositivo. También puedes definir un período de descanso en el que podrás consultar las redes sociales, por ejemplo.

En este sentido, se puede adoptar una metodología de gestión^(1,2): por ejemplo, el Método Pomodoro. Consiste en dividir el trabajo en periodos de 25 a 50 minutos y realizar pequeños descansos de cinco a diez minutos entre ellos. Durante tu descanso, puedes ir al baño, tomar un café, salir a caminar, revisar tu celular. Dividir su tiempo en bloques también ayuda a reducir la ansiedad y aumentar su concentración.

Otra forma de gestionar tu tiempo es delegar tareas⁽¹⁾: especialmente en el ambiente laboral, cuando trabajas en equipo, siempre existen aquellas tareas que puedes traspasar a otra persona y esto contribuirá a tu progreso a lo largo del día.

Sobre todo, es importante establecer plazos realistas: a menudo pensamos que podemos hacer algo más rápido de lo que realmente deberíamos. Y los plazos poco realistas acaban generando más ansiedad e incluso nerviosismo, que acaban robándote la concentración⁽¹⁾.

Por fin, decir no es parte de la gestión del tiempo. Si surge una nueva demanda y no es posible satisfacerla, no dejes que presiones de terceros te influyan para decir que sí. Por supuesto, es necesario saber explicar y señalar por qué no será posible completar dicha tarea dentro del plazo establecido⁽¹⁾.