¿Qué importancia tiene la atención a nuestro desarrollo?

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La atención siempre ha jugado un papel importante en la evolución y supervivencia humana. Debido a que interfiere con otras capacidades cognitivas, es una función básica que actúa en nuestro proceso de percepción. 

A través de los órganos sensoriales captamos y experimentamos información del entorno, sin embargo, no hay posibilidad de ejercitar otras capacidades sin la atención, que es el origen de la comprensión, la planificación, la memoria, la retención de información, entre otras. (1).

Sin embargo, se considera atención frágil porque está sujeto a estímulos ambientales, y sensible porque está influenciado por nuestras condiciones generales, como cansancio, sueño, ansiedad, etc. (1,2).

Para no sobrecargar el cerebro con un enorme flujo de información del entorno, filtra y selecciona estos datos. Es decir, una de las principales funciones de la atención es la capacidad de seleccionar información relevante, dejando de lado la información menos importante.(2). De lo contrario, tendríamos dificultades para comprender nuestro entorno.

Característica limitada

Se sabe que nuestra atención es selectiva y limitada, pero dada la cantidad de información que recibimos, saber cuáles descartar y dónde debemos centrar este recurso cognitivo limitado es crucial. (3).

En las últimas décadas, con los avances tecnológicos, se ha observado que el mayor problema al que se enfrentan las personas es la dificultad de saber dónde y cuándo priorizar su atención para ser productivos en sus tareas. La atención está cada vez más dividida a medida que disminuye el enfoque. (3,4).

La mayor parte del tiempo, las personas se distraen con fuerzas internas, como los pensamientos y la imaginación, que reducen la conciencia y la sensibilidad al presente. (3,4). En otros, por fuerzas externas, por ejemplo distracciones del entorno (correo electrónico, reuniones, redes sociales, llamadas, ruido, oficina abierta, interrupciones, etc.).

Procesos Automáticos y Controlados 

Como hemos dicho, los recursos cognitivos que tenemos son limitados, por eso creamos procesos automáticos que no requieren conciencia, es decir, no requieren dedicación de atención ni esfuerzo para controlarlos. 

La mayoría de comportamientos automatizados son aquellos que, cuando se entrenan excesivamente, ya no requieren un control consciente y comienzan a ejecutarse de forma automática. Por ejemplo, cuando conduces un coche y sabes cambiar de marcha, pisa el embrague o el freno sin tener que pensar. (5).

Por otro lado, algunos procesos controlados requieren dedicación de atención y esfuerzo deliberado para llevarlos a cabo. Por ejemplo, hacer matemáticas, responder preguntas y realizar tareas detalladas.

Cuando automatizamos una determinada tarea con un exceso de entrenamiento, ya no ponemos a disposición recursos cognitivos para un determinado estímulo, centrando cada vez menos atención en él. Nuestra capacidad para ignorar estímulos repetitivos se llama "habituación" (5,6). Esto es lo que nos permite hacer dos tareas al mismo tiempo. (6)

 La alerta

Uno de los procesos atencionales más relevantes es el estado de alerta. El Sistema de Activación Reticular Ascendente (SARA) es un sistema de neuronas que nos ayudan a filtrar toda la información no deseada para que podamos concentrarnos y estar alerta a la información que necesitamos. (7,8).

Por ejemplo, cuando queremos buscar la palabra “neurociencia” en un texto, nuestro cerebro simplemente elimina la visualización de cualquier otra palabra para centrarse en buscar la palabra “neurociencia”. 

En conclusión, comprender los procesos atencionales es importante para comprender el origen de otras funciones cognitivas y ayuda en la forma de entender el entorno, mejorando nuestra percepción.

1. EGETH, H. E., & YANTIS, S. (1997). Visual attention: Control, representation, and time course. Annual Review of Psychology, 48(1), 269-297.

2. DESIMONE, R., & DUNCAN, J. (1995). Neural mechanisms of selective visual attention. Annual Review of Neuroscience, 18(1), 193-222.

3. WICKENS, C. D. (2008). Multiple resources and mental workload. Human Factors: The Journal of the Human Factors and Ergonomics Society, 50(3), 449-455.

4. SALVUCCI, D. D., & TAATGEN, N. A. (2008). Threaded cognition: An integrated theory of concurrent multitasking. Psychological Review, 115(1), 101-130.

5. LOGAN, G. D. (1988). Toward an instance theory of automatization. Psychological Review, 95(4), 492-527.

6. SCHNEIDER, W., & SHIFFRIN, R. M. (1977). Controlled and automatic human information processing: I. Detection, search, and attention. Psychological Review, 84(1), 1-66.

7. ASTON-JONES, G., & COHEN, J. D. (2005). An integrative theory of locus coeruleus-norepinephrine function: Adaptive gain and optimal performance. Annual Review of Neuroscience, 28(1), 403-450.

8. CORBETTA, M., & SHULMAN, G. L. (2002). Control of goal-directed and stimulus-driven attention in the brain. Nature Reviews Neuroscience, 3(3), 201-215.

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Felipe Azarias es fundador de Umajuda y especialista en las áreas de Filosofía y Neurociencia. Partidario de movimientos filantrópicos, emprendedor y ejecutivo desde hace más de dos décadas, su carrera le ha proporcionado más de 15 viajes alrededor del mundo, oportunidad que ha ampliado su deseo de profundizar su conocimiento del comportamiento humano. Actualmente, también es estudiante de doctorado en la USP en el área de Neurociencia.

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