Alimentación: la relación entre lo que comemos y nuestro cerebro

Antiguamente comer sano era sinónimo de ponerse a dieta para adelgazar. Sin embargo, en los tiempos modernos, la visión sobre lo que constituye una dieta saludable ha cambiado mucho. Y, aunque todavía está vinculado a la pérdida de peso, hoy en día se entiende que comer sano tiene más que ver con nutrir tu cuerpo de la forma correcta para que puedas realizar todas tus tareas diarias, incluso para que tu cerebro pueda funcionar correctamente. forma. 

Todo lo que ingieres a lo largo del día es digerido por tu cuerpo para extraer energía. ¿Y sabes en qué órgano gasta más energía la que ingieres? El cerebro, responsable de quemar el 20% de las calorías que el cuerpo utiliza para sobrevivir¹.

Hablando del cerebro, los científicos han demostrado hoy que diferentes alimentos pueden afectar los niveles de neurotransmisores, provocar cambios en los tejidos cerebrales y estimular la ansiedad e incluso la depresión. Por ejemplo, cuando se consume chocolate, se induce la producción del neurotransmisor serotonina, lo que genera una sensación de bienestar¹. 

Además, algunos alimentos pueden influir en sus elecciones de alimentos y en la cantidad que come. Según estudios, los alimentos ultraprocesados ​​incitan a comer más, mientras que los alimentos naturales, como frutas y verduras, influyen en sentido contrario¹.

Aquí también podemos hablar de la importancia del aporte de proteínas, porque de ellas nuestro organismo extrae aminoácidos esenciales para diversas funciones. Por ejemplo, en la infancia estas sustancias contribuyen al crecimiento y desarrollo emocional y cognitivo. Por eso, UMAJUDA apoya el proyecto "Proteína Ya", que garantiza proteínas a los niños de la primera infancia. Existen varios alimentos ricos en proteínas, como la carne, los huevos y las verduras.

Además de las proteínas, existen otros nutrientes que son esenciales, como vitaminas, sodio, calcio, hierro, ácido fólico, entre otros. Su deficiencia también tiene efectos negativos en el cerebro. La falta de vitamina B12, por ejemplo, puede provocar psicosis. Mientras que la ausencia de ácido fólico es una de las causas de depresión en la edad adulta².

Lo que ingerimos tiene una conexión directa con nuestro organismo, a corto, medio y largo plazo. Por lo tanto, una dieta equilibrada, compuesta por múltiples grupos de alimentos, no sólo te proporcionará una mejor salud física, sino que más que eso, permitirá que tu cuerpo realice todas sus funciones correctamente, para que puedas vivir más plenamente. 

Un consejo valioso para una dieta más completa es acudir a un nutricionista. Estos profesionales son la mejor fuente de orientación para que busques una dieta sana y equilibrada, que se adapte a tus necesidades específicas.