Perfeccionismo: cuando hacer el bien va más allá del límite

El perfeccionismo, ¿es bueno o malo? Para muchas personas, el perfeccionismo es sinónimo de preocupación y entrega de un gran trabajo, lo cual no es necesariamente cierto. Hacerlo bien y dar lo mejor de ti es una cosa. Ser perfeccionista es otra. 

El perfeccionismo, cuando es un motivador para dar lo mejor de sí en busca del éxito, es saludable. Sin embargo, puede volverse tóxico y generar infelicidad, ansiedad, depresión e incluso trastornos alimentarios¹.

Como surge

Las presiones y la competitividad en los entornos académicos y laborales pueden generar una necesidad constante de buscar la perfección, de evitar el juicio o el sentimiento de fracaso^1,2.

Además, con la llegada de las redes sociales empezamos a compararnos constantemente¹. Así, la búsqueda de la perfección adquirió una nueva capa, regida por momentos y fotografías perfectamente seleccionadas, que en realidad no lo representan todo.

Una persona perfeccionista se fija unos estándares muy altos, busca ser el mejor en todo lo que hace y cree que, de esta forma, evitará ser juzgado, criticado o incluso rechazado². Por tanto, ser perfeccionista, además de una autoexigencia basada en expectativas, la mayoría de las veces, poco realistas; Es algo que también nos paraliza. El perfeccionismo también es un tipo de autosabotaje. 

Como identificar

Las personas perfeccionistas suelen ser extremadamente organizadas hasta el más mínimo detalle, para evitar el fracaso. También son resistentes a las críticas, exigentes consigo mismos y con los demás, lo que les hace inflexibles ante los errores de los demás y les dificulta el trabajo en grupo². 

Debido a la visión del error como un fracaso, las personas perfeccionistas tienden a castigarse severamente cuando cometen errores, e incluso cuando hacen todo bien, no quedan satisfechos con el resultado².

El peligro del perfeccionismo y cómo evitarlo

La búsqueda constante de la perfección puede tener varios efectos negativos, como la procrastinación y la falta de creatividad. Sin embargo, puede tener efectos aún más graves, desde ansiedad, depresión, cambios de humor, hasta trastornos obsesivo-compulsivos y alimentarios^1,2.

Todos estos efectos pueden dañar tu relación contigo mismo, tu relación con familiares y amigos. También pueden afectar otras áreas de tu vida, obstaculizando tu desarrollo personal y profesional y tu felicidad.

Sin embargo, por más difícil que parezca, puedes superar el perfeccionismo. Y uno de los primeros pasos es comprender que la perfección es un concepto abstracto, y que en realidad no existe.

En este sentido, también es necesario comprender que las críticas no siempre son malas, es necesario estar abierto a las críticas constructivas, que pueden conducir a un crecimiento tanto personal como profesional. No todo el mundo quiere menospreciarte y no puedes ser el primero, hazlo bien y da lo mejor de ti y evita compararte con tu compañero de trabajo o de clase². 

Todos tenemos fortalezas y debilidades, nadie es el mejor en todo lo que hace, por mucho que las redes sociales pinten esta imagen. 

Finalmente, si lidiar con el perfeccionismo por tu cuenta te resulta difícil, no dudes en buscar un profesional, es más que normal fracasar incluso en esto, así que busca la orientación necesaria para cambiar tu mentalidad y ser más positivo contigo mismo.