A lo largo del día tomamos muchas decisiones, y como ya dijimos en nuestro artículo sobre procesos automáticos y su influencia en la toma de decisiones, nuestro cerebro emplea preferentemente el procesamiento inconsciente de la información, además de utilizar heurísticas y sesgos cognitivos en las decisiones rápidas del día a día.
Los sesgos y las heurísticas son como “atajos” que tomamos para no tener que pensar deliberadamente en todo todo el tiempo. Sería muy caro: perderíamos mucho tiempo y energía.
Estos atajos mentales se utilizan en la toma de decisiones y juicios rápidos. Estas decisiones se basan en la recopilación de información que tenemos en nuestra memoria, es decir, se basan en experiencias pasadas. La vida sería agotadora si tuviéramos que pensar en los cientos de decisiones que tomamos cada día (1,2,3).
Así como tenemos diferentes tipos de decisiones, también existen diferentes tipos de heurísticas. Entre ellos tenemos:
- Disponibilidad: abarca la toma de decisiones basada en su facilidad para recordar algo (1,2).
Por ejemplo, hay personas que tienen miedo de viajar en avión por el riesgo de sufrir un accidente. Este miedo suele estar influenciado por las noticias internacionales sobre accidentes o incluso por películas. Sin embargo, las estadísticas muestran que es mucho menos probable sufrir un accidente de avión que un accidente de coche. El cerebro no compara los dos medios de transporte basándose en datos reales, sino a través de sus propias impresiones.
- Familiaridad: se refiere a elecciones basadas en la familiaridad con objetos, lugares y situaciones. Tendemos a elegir lo que ya sabemos sobre lo nuevo (2,3).
Por ejemplo, cuando estás en el supermercado y te das cuenta de que la marca de arroz que compras habitualmente es más cara. Sin embargo, termina eligiendo lo que ya sabe en lugar de elegir una marca que sea más barata.
- Representatividad: en este caso, la toma de decisiones se basa en la comparación de similitudes o alguna situación común (1,3).
Al juzgar si puedes confiar en alguien, comparas a esa persona con los ejemplos mentales que tienes. Por ejemplo, cuando conoces a una persona mayor agradable que te recuerda a tu abuelo, tendemos a confiar en esa persona. Sin embargo, es necesario recordar que en algunos casos las apariencias engañan, y quienes aparentan ser algo no siempre lo son.
- Afecto: en la heurística del afecto, nuestras elecciones se basan en las emociones experimentadas en el momento. Las emociones positivas, como el buen humor, llevan a la persona a centrarse en los beneficios, mientras que las emociones negativas centran más la atención en los riesgos de una decisión (2,3).
Para ilustrar, podemos comparar dos personas en la misma situación. Imagina que Joana y Alexandre están en un parque de atracciones y necesitan decidir si se suben o no a la montaña rusa. Joana solo tuvo experiencias positivas, por lo que decide emprender el viaje. Alexandre se quedó atascado en la atracción una vez, por lo que decide que las montañas rusas no son divertidas.
- Prueba y error: en este caso, como el propio nombre lo dice, basamos la elección en la estrategia de intentos que pueden salir mal hasta que funciona. Es una heurística muy común cuando intentamos desarrollar nuevas habilidades (1,2,3). ¿Sabes cuando un niño está aprendiendo a andar en bicicleta? ¿Y cada vez que se cae se levanta y vuelve a intentarlo? Utiliza prueba y error hasta que domina la nueva habilidad.
Si bien las heurísticas pueden aportar beneficios, también pueden inducir a error, debido a prejuicios a la hora de elegir. Estos errores se denominan sesgos cognitivos.
Los sesgos pueden distorsionar el pensamiento, generar o reforzar prejuicios e influir en decisiones y juicios. Algunas son más obvias, mientras que otras son tan sutiles que pueden pasar desapercibidas (1,4).
También existen diferentes tipos de sesgos, que incluyen:
- Sesgo de confirmación: prestamos más atención a la información que confirma lo que ya creemos. Este sesgo es fácil de notar en las redes sociales: es más probable que solo sigamos a personas que comparten nuestros puntos de vista.
- Sesgo retrospectivo: sabes cuando tu equipo de fútbol gana el partido y al final le dices a un amigo “ya sabía que íbamos a ganar”, bueno, ese es el sesgo retrospectivo. Tendemos a creer que determinadas situaciones son más predecibles de lo que realmente son.
- Sesgo de optimismo: está relacionado con la tendencia a creer que sólo nos sucederán cosas positivas a nosotros o a quienes amamos. Y terminamos subestimando la probabilidad de que suceda algo malo, como una enfermedad grave, la muerte, un divorcio.
- Sesgo del statu quo: esto está presente cuando queremos mantener las cosas como están y nos negamos a cambiar una decisión que ya hemos tomado, incluso si ese cambio podría ser beneficioso.
Conociendo cómo se comporta el cerebro a la hora de tomar una decisión, existen formas en las que se puede mejorar este proceso.
Siempre que tomo una decisión o juzgo una situación, es importante reducir la velocidad y comprender si estoy siendo influenciado por procesos automáticos. Generalmente, las prisas, el estrés y la presión contribuyen a los sesgos cognitivos.
También tómate un tiempo para procesar lo que estás sintiendo y observa si tu decisión se basa en las emociones de ese momento o en hechos.
1. CHERRY, Kendra. What Are Heuristics? Verywell Mind, 2022. Disponible en https://www.verywellmind.com/what-is-a-heuristic-2795235. Acesso em: 08 abr 2024
2. CHERRY, Kendra. 13 Types of Common Cognitive Biases That Might Be Impairing Your Judgment. Verywell Mind, 2024. Disponible en https://www.verywellmind.com/cognitive-biases-distort-thinking-2794763. Acesso em: 09 abr 2024
3. JEHNIFFER, Jaíne. O que são heurísticas e vieses? Investidor Sardinha, 2022. Disponible en https://investidorsardinha.r7.com/aprender/heuristicas-e-vieses/. Acesso em: 08 abr 2024
4. CHERRY, Kendra. The Affect Heuristic and Decision Making. Verywell Mind, 2023. Disponible en https://www.verywellmind.com/what-is-the-affect-heuristic-2795028. Acesso em: 10 abr 2024
Felipe é fundador da Umajuda e especialista nas áreas de Neurociência e Filosofia. Apoiador de movimentos filantrópicos, empreendedor e executivo a mais de duas décadas, acumulou experiências internacionais que lhe permitiram conhecer diversas realidades, culturas e aprofundar seu conhecimento sobre o comportamento humano. Atualmente, também é doutorando pela USP na área de Neurociência.