¿Puede el entorno físico influir en tu comportamiento y bienestar?

¿Has notado que los lugares mal iluminados, desordenados y caóticos pueden provocar irritabilidad o malestar? ¿Y que los lugares limpios, organizados y bien iluminados pueden generar bienestar e incluso una sensación de equilibrio emocional?

A lo largo del día, pasamos por diversos entornos físicos: nuestro hogar, el trabajo o la escuela, el gimnasio, el supermercado. Y según la ciencia, cada uno de ellos puede afectar el estado de ánimo, los niveles de estrés, la productividad y, a largo plazo, también la salud mental1.

Tanto la neurociencia como la psicología ambiental buscan comprender cómo ciertos elementos, como la iluminación, el ruido, la ventilación y la presencia de la naturaleza, generan diferentes estímulos. Estos se traducen en sensaciones que se procesan en nuestro cerebro y, finalmente, se transforman en respuestas conductuales2

Por ejemplo, los entornos con espacios verdes ayudan a reducir los niveles de estrés y tienen un impacto positivo en la recuperación de la atención3. Por el contrario, la contaminación visual, el ruido excesivo y la sobrepoblación de los grandes centros urbanos pueden inducir estrés psicológico y, potencialmente, trastornos mentales como la ansiedad y la depresión4.

Entre los factores más notables que pueden afectar la salud mental se encuentran:

  • Estética: la falta de organización en un espacio puede generar ansiedad y agobio. Los espacios organizados, por otro lado, pueden promover una sensación de calma1;
  • Sensorial: nos referimos a los colores, la iluminación, los sonidos, los olores y la temperatura de un espacio. Estos pueden brindar comodidad y seguridad, o pueden causar agitación, ansiedad e incluso desmotivación, como es el caso de los espacios oscuros y fríos, por ejemplo1;
  • Personas: compartir un espacio con alguien de confianza induce calma, mientras que compartir un espacio con alguien cuando hay un conflicto puede generar estrés1;
  • Familiaridad: si algo en el espacio te recuerda un buen recuerdo, tu estado de ánimo puede mejorar. Sin embargo, si algo en el espacio te trae malos recuerdos, puede desencadenar sentimientos como la ansiedad1.

Entre 1972 y 1981, Roger Ulrich, profesor de arquitectura y planificación de la Universidad de Texas, realizó un estudio con dos grupos de pacientes. El primero consistió en pacientes hospitalizados con ventanas que daban a zonas verdes, y el segundo con ventanas que daban a una pared. Los resultados, publicados en 1984 en el artículo "View through a window may influence recovery from surgery", mostraron que los pacientes con vistas a zonas verdes se recuperaron más rápido que el segundo grupo5

Por lo tanto, resulta más fácil comprender que los entornos físicos que frecuentamos no son solo lugares. Influyen en cómo nos sentimos y actuamos. El campo de la neuroarquitectura utiliza este principio para crear entornos que promueven el bienestar, la concentración y ayudan a reducir la ansiedad. Esto se logra mediante la elección de colores, texturas e incluso la disposición del mobiliario2.

Por lo tanto, para cuidar nuestro bienestar mental, también debemos cuidar nuestro entorno. Acciones sencillas como abrir las cortinas para que entre la luz natural, abrir la ventana para ventilar, añadir plantas, elegir colores más acogedores y mantener todo más organizado pueden marcar una diferencia sustancial en tu día. Un entorno limpio y organizado es un paso en la dirección correcta para una mente más tranquila y organizada.

1 – LINDBERG, Sara. How does your environment affect your mental health? Verywell Mind, 2025. Disponible en https://www.verywellmind.com/how-your-environment-affects-your-mental-health-5093687. Acesso em: 25 jul 2025.

2 – SANTOS, Viviane Cristina Marques dos. Neuroarquitetura: como o ambiente construído influencia o cérebro humano. Revista Científica Multidisciplinar Núcleo do Conhecimento. Ano. 08, Ed. 07, Vol. 03, pp. 96-113. Julho de 2023. ISSN: 2448-0959, Link de acesso: https://www.nucleodoconhecimento.com.br/arquitetura/neuroarquitetura, DOI: 10.32749/nucleodoconhecimento.com.br/arquitetura/neuroarquitetura.

3 – MAAS, J.; VERHEIJ, R. A.; GROENEWEGEN, P. P., et al Green space, urbanity, and health: how strong is the relation? Journal of Epidemiology & Community Health 2006;60:587-592.

4 – EVANS, Gary W. (2003). The built environment and mental health. Journal of Urban Health, 80(4), 536–555.

5 – ULRICH, R. S. (1984). View through a window may influence recovery from surgery. Science, 224(4647), 420–421. DOI: 10.1126/science.6143402

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